A través de ejercicios psicodramáticos los participantes fueron identificando lo que ellos consideraban crisis.
Se sorprendieron que las situaciones eran diferentes para todos y en lo que sí coincidían era en la angustia y la limitación que generaban.
Pusimos nombre e imagen al motivo de la angustia.
Trabajamos en profundidad estos miedos y fueron descubriendo con qué hechos reales o fantaseados de su historia personal estaban conectados.
Algunos de esos miedos:
-miedo al abandono
-miedo al rechazo
-miedo a perder la autonomía
-miedo a la muerte
Aprendieron a activar sus capacidades adultas y a identificar miedos irreales que paralizan de los miedos vinculados a crisis reales.
Descubrieron que habían enfrentado y solucionado satisfactoriamente más crisis de las que creían.
Entre todos se fueron intercambiando modalidades sanas de enfrentarse a las crisis y aprender a crecer con ellas.
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